ANTE LO QUE ESTÁ PASANDO

ANTE LO QUE ESTA PASANDO

ANTE LO QUE ESTÁ PASANDO

Hace ya años introduje el término “Sociedad del Cambio” para definir un entorno de los negocios que desde los inicios del siglo XXI viene marcado por el efecto de la confluencia en espacio y tiempo de los fenómenos de la digitalización y la globalización.

Es verdad que en el mundo avanzando occidental venía avanzando con viento a favor durante años,  pero en el último decenio se ha enlazado prácticamente la crisis financiera originada por las “hipotecas subprime” con la pandemia global de la CoVid19 y los efectos de la invasión rusa de Ucrania creando un contexto empresarial plagado de incertidumbres y dificultades.

El pasado 7 de abril en un evento que organizaba nuestra firma, The Familiy Advisory Board, con la presencia del fundador y ex director de “El País”, Juan Luis Cebrián, éste equiparaba la situación actual de profundos cambios con los que se provocaron con la aparición de la imprenta a mitad del siglo XV. Es un buen paralelismo histórico propio de un periodista de pura cepa. El mundo circula hacia una nueva era que no sabemos cuándo alcanzará su estabilidad, pero, cuando ocurra, estaremos ante un marco geoestratégico y competitivo diferente a los que venían siendo habituales. En un horizonte más cercano, la inadmisible invasión de Ucrania por parte de Rusia se estima causará una caída del PIB mundial de un punto, que presumiblemente se doblará en el marco de la Unión Europea. En el fondo estamos ante una guerra económica con brutal impacto por el enorme potencial de Rusia y Ucrania en producción de cereales, gas o materias primas como el cobre, níquel, platino, paladio o litio. Viviremos una situación muy complicada a nivel financiero, pero más grave aún serán la posibilidad cierta de escasez de alimentos, hambrunas, y éxodo de millones de refugiados ucranianos que lo habrán perdido todo. Y todo esto con una ONU que ha desaparecido del panorama, sin  grandes líderes ni grandes muñidores de acuerdos. Esperemos que, pese a todo, el diálogo se imponga y se arbitre un modelo de globalización eficiente que ponga foco en la corrección de las profundas desigualdades que imperan en nuestro mundo.

En el ámbito de la empresa familiar, de acuerdo también con evidencias científicas, el cambio en el entorno constituye una de las principales amenazas que pueden comprometer seriamente la continuidad del proyecto empresarial. Toca entonces innovar, romper paradigmas, lo cual hace aflorar el lado emocional, tan crítico en la toma de decisiones de los negocios de familia. Me gustó mucho escuchar en un foro de directores financieros al que acudí recientemente en la Cámara de Comercio de Granada cómo se auto posicionaban como un apoyo a los líderes de empresas familiares para ayudarles a gestionar las emociones  y a que entiendan mejor,  por  ejemplo, los diferentes puntos de vista de que concurren en el poliédrico ecosistema de una familia empresaria. Justamente que los más enfocados a lo racional en el organigrama de la empresa se dediquen también a atender el lado emocional me parece un gran avance digno de aplauso.

En esta tesitura tan complicada que tenemos hoy nos debemos plantear qué hacer en estos momentos. ¿En aras del foco en lo concreto, en el número, en el Excel, despreciamos lo emocional para centrarnos en lo puramente racional? ¿Nos olvidamos de la estrategia para concentrarnos con mentalidad táctica en las operaciones del día?

Creo nos ayudaría a todos entender que hay falsos debates entre, por ejemplo, emocional/racional ó estrategia/táctica. No son mundos excluyentes, más bien deben ser entendidas como realidades complementarias.

Una ilustrativa imagen para ayudarnos a gestionar hoy familia y negocio nos la ofrecen las regatas de vela, donde se visualiza especialmente bien la simbiosis entre lo que aporta la  táctica y la estrategia cuando conviven en armonía. El táctico del barco será el responsable de lograr que el barco navegue lo mejor posible superando a los demás veleros, mediante ajustes y cambios en la configuración de las velas para aprovechas al máximo las circunstancias del momento. En paralelo, el estratega define la forma en que tomaremos decisiones a medio y largo plazo, como lo son la elección de la ruta a seguir y los cambios adoptados dependiendo de los vientos y corrientes que aparezcan. El líder debe apoyarse tanto en los tácticos como en los estrategas.

En definitiva , sin un claro rumbo estratégico va a resultar complicado ganar la batalla de la competitividad que nos permite ser sostenibles y rentables en el medio/largo plazo . Ahora bien, los objetivos estratégicos se consiguen a través de una acertada táctica, de una correcta toma de decisiones cotidianas que atiendan momentos de zozobra como el que nos está tocando vivir en los últimos tiempos. El éxito ocurre cuando a una buena estrategia la sigue una excelente ejecución.

Podemos razonar de manera equivalente para la gestión de la familia. ¿Nos olvidamos de los temas familiares en aras de la necesidad de centrarnos en la operación que tanto se ha complicado en estos últimos meses? Asumiendo que las crisis abren oportunidades sugeriría que este es un magnífico momento para revisar nuestro plan estratégico familiar, para cuestionarnos para qué queremos seguir juntos como familia empresaria, para definir el propósito, el horizonte y los valores compartidos que nos van a guiar hasta que entreguemos el legado a la siguiente generación. Y, sobre todo, para escuchar y atender a las generaciones jóvenes creando las condiciones para trabajar juntos pues en estos momentos se necesita aunar y conjugar todo el talento disponible en la familia empresaria.

Para acabar también conviene reflexionar sobre los avances que provocan las crisis severas. Las empresas, por ejemplo, han avanzado muchísimo en términos de digitalización. Las personas han tenido más tiempo para la reflexión en momentos de confinamiento y seguro que han brotado buenos propósitos. Que no los olvidemos cuando el viento vuelva a soplar a favor.

Hasta pronto. Incluso en estas circunstancias excepcionales, recuerda esto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.

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