PROPÓSITO, POLÍTICA Y EMPRESA FAMILIAR

ayuso

PROPÓSITO, POLÍTICA Y EMPRESA FAMILIAR

Estimadas Familias Empresarias:

Sin ánimo de entrar en la refriega política, me gustaría compartir alguna conclusión para los propietarios de empresas familiares extraídas de las recientemente celebradas elecciones en la Comunidad de Madrid.

Por centrar el asunto: coincidimos todos en que el resultado, teniendo en cuenta además un altísimo índice de participación, nos ofrece una victoria nítida y contundente de Isabel Díaz Ayuso. Un par de datos para entender la magnitud de este éxito: el PP mejora en más del doble su porcentaje de voto respecto a las elecciones de 2019 y, en número de escaños, supera con creces al de la suma de los tres opositores de izquierda (PSOE, Más Madrid y Podemos).  Agreguemos a estos hechos empíricos la circunstancia de que el PP no venía, precisamente, viviendo sus momentos más gloriosos en los últimos años.

¿Qué explica el éxito de la presidenta Ayuso? A mi juicio, son varios factores, siempre con una mirada en clave empresarial.

La ciudadanía ha percibido una buena gestión, pero también ha conectado con un discurso pleno de autenticidad, nacido desde la visión de la realidad y defendido con valentía.

¿Y cuál es la lección para las empresas familiares? Gestionar bien es condición necesaria pero no suficiente para asegurar el éxito, cuya métrica en la empresa familiar es la continuidad transgeneracional. La atención a lo cotidiano debe estar acompañada de un propósito, un para qué; conceptos estratégicos que permiten ganarte a tus socios, a tus empleados, a tus clientes y a todos tus grupos de interés.

Cada día tengo más claro que la longevidad de las empresas familiares requiere inexcusablemente una mentalidad de creación de valor a lo largo de las generaciones, en vez de enfocarnos, simplemente, en la mera supervivencia día a día. Este axioma se traduce en la asunción de que el liderazgo de la familia empresaria demanda equilibro: un inteligente balance entre la táctica para la excelencia operativa del día a día y el músculo estratégico que permita construir un horizonte compartido desde el que se consigue movilizar proyectos, personas e ilusiones. Estrategia de largo plazo y gestión del día a día no son realidades excluyentes sino complementarias.

En suma, propósito, gestión, discurso y valentía se revelan como un cocktail ganador. Más aún cuando brotan desde lo genuino, desde lo auténtico.

Hasta pronto. Incluso en estas circunstancias excepcionales, recuerda esto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.

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